Hoy os traemos información sobre la disfagia, creemos importante haceros conocedores sobre esta, debido a que es una dificultad con un gran desconocimiento entre la población, pero de gran repercusión y que conlleva a consecuencias de gran importancia.
La disfagia se caracteriza por ser una dificultad en la que se ve afectada la capacidad de tragar o deglutir. Entendemos por deglutir, como el proceso que permite que el bolo alimenticio, los líquidos y la saliva, vayan de la boca al estómago, pasando por el esófago. Este proceso es muy complejo y depende de una perfecta coordinación motora de las diferentes estructuras musculares. Por lo qué cuando algún movimiento falla o se enlentece, pueden surgir complicaciones.
Puede afectar, con un porcentaje elevado, a pacientes con enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o la enfermedad de Alzheimer. Tras un daño cerebral adquirido, como un ictus, podemos afirmar que más de un 30% de los pacientes sufren esta sintomatología. También podemos encontrarlo en personas de avanzada edad, afectando a más del 15% de personas mayores de 65.
En la mayoría de ocasiones se infravalora la repercusión que puede tener la presencia de disfagia, dando lugar a que la mayoría de personas que la padecen no estén diagnosticadas ni tratadas. Es importante conocer las consecuencias para poder actuar precozmente y de forma correcta y no pasar por alto determinados signos que pueden indicarnos la presencia de esta dificultad. Las repercusiones pueden ir desde la malnutrición o deshidratación del paciente hasta la presencia de neumonías debidas a las aspiraciones a la vía aérea (restos de comida, líquidos y saliva que pasan a la vía respiratoria), provocando todo esto una elevada tasa de mortalidad.
La mayoría de pacientes con esta sintomatología refieren un empeoramiento en su calidad de vida. Dejan de percibir el acto de comer como algo placentero y agradable, evitan salir a comer fuera de casa o acompañados de otras personas e incluso sienten ansiedad y miedo durante las ingestas.
¿Cómo puedo detectarla?
En muchas ocasiones es complicado detectarla, pero hay algunos signos claros que nos pueden estar indicando la presencia de esta dificultad para tragar, os dejamos algunos ejemplos:
- Aparición de tos durante las ingestas (de comida o líquidos) o incluso después de haber terminado, como algo sistemático y que se repite asociado a la deglución.
- Pérdida de peso.
- Pérdida de apetito.
- Rechazo de la comida o de ciertos alimentos, o de situaciones relacionadas con comer.
¿Qué puede hacer el logopeda?
Es muy importante tener en cuenta que la mejor atención y abordaje siempre es mediante un equipo interdisciplinar, es necesaria la intervención de diferentes especialistas como neurólogos, otorrinolaringólogos, dietistas-nutricionistas, radiólogos, logopedas, psicólogos para paliar los síntomas de ansiedad (si la hay) etc.
Desde la logopedia el objetivo principal de la intervención será conseguir una ingesta y alimentación de forma segura y eficaz, por vía oral siempre que esta sea posible, manteniendo su estado nutricional. Esto se consigue mediante diferentes actuaciones:
Existen diferentes técnicas, las de compensación y las de rehabilitación, en algunas de ellas no es necesaria la acción y colaboración del paciente, y por el contrario, las hay en las que sí entra en juego su participación activa:
- Modificación de la textura y del volumen (cantidad) de los alimentos de la dieta del paciente, evitando ingerir determinadas consistencias que puedan poner en riesgo la salud del paciente. Algunos ejemplos serían el uso de espesantes para adaptar los líquidos o evitar las dobles consistencias (alimentos que tienen sólido y líquido como la naranja).
- Control postural del paciente durante la deglución.
- Uso de maniobras deglutorias que el paciente debe aprender para usar de forma automatizada durante las ingestas.
- Técnicas para aumentar la sensibilidad: táctil, térmica, olfativa y gustativa. Para aumentar la percepción y el control del bolo alimenticio y/o favorecer el reflejo de la deglución.
- Estimulación de la musculatura facial y de las estructuras orofaciales.
Es importante siempre que el abordaje lo lleve a cabo un especialista especializado en la materia que os pueda aconsejar y guiar durante el tratamiento.
Esperamos que esta información sirva para sensibilizar a la población sobre esta dificultad y lo grave que resulta no detectarla o no tratarla de forma adecuada.